domingo, 9 de junio de 2013

TERMINADA LA FERIA DE SAN ISIDRO

Hoy ha finalizado la feria con los rejoneadores Diego Ventura, Fermín Bohorquez y Joao Moura (hijo), tarde a la que he asistido

Esta tarde ha vuelto a ganarse al público Ventura quedandose a un rejon de su duodécima puerta grande, esto se debe a que en su segundo toro mató mal y no se llevó la segunda oreja aunque el público de Las Ventas lo pidió

Fermín Bohorquez tuvo una mala tarde con toros mansos

Moura hijo se llevó aplausos en el primero a pesar de pedir cambio de toro y que el presidente no se lo concediera y silencio en su segundo al matar mal.

Otro año más la mejor feria taurina del mundo finaliza y la gente ya desea que llegue la del año que viene

viernes, 31 de mayo de 2013

El arte del rejoneo



El rejoneo es un arte taurino ejecutado por un torero (llamado rejoneador) que monta un caballo domado y lidia a un toro bravo. Tiene lugar en una plaza de toros con idéntica estructura a las corridas de toreros: la faena se divide de igual forma en tercios y el rejoneador coloca las banderillas a caballo.








José Tomás, el porqué de su grandeza

José Tomás está considerado el mejor torero de la actualidad por la mayoría del mundo del toro,

¿Porqúe? es sencillo saber porqué: 













El origen de la Tauromaquia


He de decir en primer lugar que no soy conocedor de la bibliografía al uso sobre el mundo de la fiesta de los toros. Sin embargo, el conocimiento de la naturaleza de las corridas de toros, en todos sus aspectos, siempre ha sido de mi interés como aficionado. Planteo esta cuestión desde el principio, con el fin de buscar la ‘captatio benevolentiae’, una petición de disculpa por estas líneas que van a tratar de buscar unas raíces más lejanas de lo habitual al toreo como tal, saltando en cierta medida sobre los tópicos tantas veces barajados. Y es que, por lo que he podido comprobar, existe una tendencia a defender unos orígenes muy recientes a la fiesta de los toros que no hace más que enmascarar-a mi entender-la escasez de visión histórica de los que han escrito sobre este tema. La opinión generalizada de que el toreo a pie actual arranca de la crisis del toreo a caballo ejercido por la nobleza castellana, choca con lo que esta contribución quiere plantear. Su naturaleza primera, y es lo que trataremos de demostrar, se remonta, cuanto menos, al mundo romano.
El toro, tanto en su estado salvaje como domesticado, fue objeto de veneración en las sociedades antiguas, comenzando por la mesopotámica y continuando por la egipcia y la griega hasta llegar a la romana, por citar las más importantes estudiadas. Son muchos los aspectos desde los que ha sido considerado: desde su divinización, pasando por la génesis del toro antropomorfo o bien como símbolo de fertilidad y poder natural, hasta situarlo en un contexto astral y funerario. Todas estas concepciones y advocaciones han colocado a este animal muy por encima del resto hasta el punto de elevar a la cúspide, en lo referente a valoración social (y económica) a aquél que lo poseyese. Pero no voy a entrar en estas consideraciones porque me alejaría demasiado del fin buscado en este trabajo.
Aunque puede parecer que no tiene relación con el toreo en la antigüedad, quisiera introducirme en el tema dedicando unas líneas tanto al carácter sacrificial del toro como a su valoración desde el punto de vista cinegético. Su carácter sacrificial va unido intrínsicamente al religioso, dado que, por las mismas características del animal, se trataba de ofrecer a la divinidad una víctima apreciada, tanto como expresión de la fuerza desatada de la naturaleza-según correspondería al toro salvaje- como por tratarse del animal por excelencia para obtener frutos de la tierra mediante la utilización de su fuerza ya domesticada. En prácticamente todas las civilizaciones del mundo el toro ha constituido el animal de sacrificio por excelencia.
Se trataba de elevar la ofrenda más valiosa a la divinidad, que podía ser compartida con ella mediante el consumo de parte de la carne de la víctima por los asistentes al ritual como forma de petición de un favor determinado a la divinidad (sacrificio propiciatorio). En otras ocasiones se trataba de restablecer la alianza con la divinidad, rota por las faltas cometidas por el hombre (sacrificio expiatorio). En casi todos ellos, la sangre jugó un papel fundamental, dado que se trataba del elemento vital por excelencia; buena prueba de ello es que el color rojo es el predominante en las mesas de sacrificios y en los altares de todo el mundo mediterráneo antiguo.
Se conocen bastante bien los rituales de sacrificio de toros tanto en el mundo griego como en el romano. En general, se sacrificaban animales hembras para las divinidades femeninas y machos para las masculinas, aunque hay una excepción puesto que los dedicados a Júpiter eran animales castrados. El color también jugaba un papel importante: los animales de capa blanca se sacrificaban a las divinidades celestes (Júpiter , Juno, etc.); los de capa negra a las divinidades subterráneas y funerarias; animales de color rojizo y castaños se sacrificaban en honor de Vulcano, dios del fuego. Dichos animales eran adornados de muy distintas formas: en unas ocasiones, pintando sus cuernos de oro y, en otras, colocándoles ciertos arreos para embellecerlos. Pero en todos los casos encontramos un elemento repetido, la “vitta” o las “vittae”, una o varias cintas de diversos colores, generalmente de seda, con las que se adornaba al animal, atándolas a su cuerpo, que incluso se mantuvo en otros rituales ya no religiosos y que, desde la máxima prudencia, nos recuerdan las cintas que constituyen las divisas actuales con que los toros saltan al ruedo. Una vez realizada la inmolación se procedía al consumo de su carne por parte del colegio sacerdotal o de otros grupos, dependiendo de la categoría del grupo al que el oferante pertenecía. Entre los sacrificios más conocidos del mundo romano habría que citar los realizados en honor de Atis, el ritual de Dionisio y el de Mitra, de los que aún encontramos restos en el folklore hispano y que, en parte, han sido señalados por C. Delgado.
El segundo aspecto citado para aproximarnos a nuestro objetivo nos presenta al toro como animal para el ejercicio cinegético. Por sus características en estado salvaje, dotado de una fuerza y un poderío considerable, se convirtió en un reto venatorio de primera magnitud ya desde la más remota antigüedad. Recordemos sólo las representaciones en cuevas en el arte rupestre hispano. Si en un principio pudo ser considerado solo como alimento, esas mismas características lo fueron convirtiendo poco a poco en el animal por excelencia que hemos comentado. La caza del toro salvaje, con la consiguiente dosis de peligro en función de los medios cinegéticos de la época, lo convirtieron en la pieza más codiciada. La posibilidad de medir las fuerzas y la astucia con un animal que incluso estaba rodeado de una aureola religiosa, elevaron a práctica de reyes esta modalidad cinegética. Buena prueba de ello son las referencias que encontramos tanto en el mundo egipcio como en el mesopotámico, griego o romano. En general para la caza de piezas mayores se utilizaban grandes líneas de redes hacia las que se espantaban a los animales para proceder, una vez encerrados allí, a darles muerte o bien a capturarlas vivas con destino a los espectáculos si se trataba de animales agresivos.
La idea que preside esta caza de animales salvajes fue trasladada por los romanos a los anfiteatros y a los circos tomando el nombre de “venationes”. Se trataba de llevar lo que teóricamente se debía realizar en campo abierto hasta un lugar cerrado para convertirlo en un espectáculo al que pudiese asistir el espectador sin que peligrase su integridad física. No era ni más ni menos que un estereotipo de la caza, “venatio” en latín, y es aquí donde creemos que de forma más clara podemos encontrar los precedentes de las actuales corridas de toros.
Las “venationes” y los diversos juegos que se celebraban en el mundo romano estaban dedicados a una divinidad determinada. Parece, como señala Lactancio, que estas cazas en el circo y anfiteatros tenía su origen en ofrendas hechas al dios Saturno, aunque también conocemos espectáculos de este tipo dedicados a los muertos, a Júpiter o a Némesis/Diana, lo que les confería un carácter religioso, que en cierta medida, enlaza con aquel que antes veíamos en lo referente a la naturaleza sacrificial del toro, aunque en este caso con connotaciones diferentes.
Antes de comenzar se realizaban una serie de procesiones con ceremonias y rituales. Las “venationes” estaban presididas bien por el emperador, por los magistrados correspondientes o bien por el particular que los regalase. A la presidencia correspondía señalar el momento exacto del comienzo y para ello levantaba un pañuelo y lo dejaba caer; esa era la señal convenida para el comienzo y desde luego no deja de recordarnos al pañuelo que utiliza el presidente de las actuales corridas de toros para señalar el inicio y los distintos momentos de la corrida. El lienzo que marcaba el inicio se llamaba “mappa”, que literalmente se traduce por pañuelo o servilleta. Según nos dice Casiodoro, su uso se remontaba al emperador Nerón: parece ser que éste, ante la insistente petición de la muchedumbre concentrada en el circo para que comenzaran los juegos , utilizó la servilleta que tenía en sus manos mientras comía, arrojándola a la arena como señal para que diera comienzo el espectáculo. De tal forma se canonizó esta práctica que la “mappa” se convirtió, en el mundo romano en sinónimo de juegos de circo y anfiteatro.
Dichos espectáculos se componían de elementos muy diversos, quizá poco regulados en su desarrollo y en cierta medida caóticos como parecen darnos a entender determinadas representaciones en mosaicos. Se trataba incluso de representar la “silva”-el bosque-en la arena, según nos indica un texto de Probo, que gobernó entre los años 276 y 282 d.C.,al ofrecer un espectáculo para celebrar su triunfo sobre los germanos y los blemnios: ‘Grandes árboles arrancados con sus raíces por los soldados se colocaban sobre una plataforma de madera de gran extensión que se había recubierto de tierra, todo el circo, plantado de un modo semejante a un bosque, pareció florecer con la frescura de las hojas verdes…’
La presencia del toro en estos espectáculos abarcaba diferentes formas, siendo una de ellas, quizá la más cruel de todas, aquella en la que los condenados eran arrojados indefensos al toro para que éste procediese a su ejecución. Eran los llamados “damnati ad bestias”. Aquí el toro adquiere un papel absolutamente antagónico al que le conocíamos como animal para sacrificar puesto que ahora es el animal el sacrificador; es una verdadera paradoja donde se mezcla el elemento ritual religioso con el elemento lúdico en una síntesis que el mundo de los toros ha mantenido hasta la actualidad, aunque para el mundo romano existiese la otra versión, la del verdadero enfrentamiento del hombre con el toro en la arena y que veremos más adelante. Entre estos “damnati” hay que recordar los numerosos casos de cristianos sacrificados de esta forma como nos informan las actas de mártires, modalidad poco conocida porque quizás siempre se ha pensado en otro tipo de fieras para proceder a estas ejecuciones. Sirva de ejemplo el motivo central del mosaico de la villa romana de Silín en Libia (fig-2). En él se aprecia cómo un toro de color blanco (recuérdese la importancia de la capa para el sacrificio), adornado con una “vitta” también blanca, como reminiscencia del adorno de los toros destinados al sacrificio pero que en este caso es el sacrificador, acaba de lanzar por los aires a dos personas que caen al suelo como si fuesen peleles. Otro personaje arrastra de rodillas a un hombre para arrojarlo también al toro mientras un tercero, con una larga vara y un látigo, parece ser el que dirige la operación. Es espectáculo sin duda sangriento entre donde los haya, que también aparece reflejado en relieves de cerámicas sigilatas, en muchos casos encontradas en la Península Ibérica.
Pero salvando estos aspectos, es curioso resaltar que el hecho de arrojar personas a los toros para que éstos las lanzasen al aire y así enfurecerlos, tuvo con el tiempo otra versión que acabó, poco a poco, desplazando a la anterior, sin duda más cruel. Me refiero a la utilización de muñecos para ese mismo menester: a falta de personas, parece que se procedió a la utilización de maniquíes rellenos de paja, que eran volteados y que cumplían dicha misión. Son numerosos los testimonios escritos que poseemos sobre ello, sirviéndonos de ejemplo el del poeta hispano Marcial: …un toro que, azuzado por el fuego, acababa de cornear y lanzar por los suelos a unos maniquíes, corriendo de un lado para otro del circo, cayó al fin bajo la acometida de un cuerpo más poderoso, creyendo que un elefante era también un ligero maniquí para arrojarlo por el aire…
El espectáculo basado en los toros no se agotaba aquí. En el anterior texto de Marcial queda expresado que la lucha entre el toro y otros animales también figuraba en el repertorio que se ofrecía en circos y anfiteatros. Entre los contrincantes de los toros se encontraban leones, osos, panteras, elefantes, perros y todo tipo de bestias que pudiesen ofrecer espectáculo.
Las variantes que vinculaban de alguna forma al toro con el hombre eran muchas. Entre ellas podemos citar las acrobacias que se realizaban saltando al toro con una pértiga. Es lo que se conoce en el Código Justiniano como “contomonobolon” y que no es ni más ni menos que nuestro castizo ‘salto de la garrocha’, muy extendido durante el siglo XIX y que ha perdurado hasta la época actual
Lo mismo podemos decir en lo referente al salto del toro sin apoyos como conocemos en el mundo romano, llamado “taurokathapsia” y que apreciamos practicado también en las actuales fiestas de toros.
La que más nos interesa es el enfrentamiento entre el hombre y el toro en la arena como precedente de nuestras fiestas de toros como un espectáculo gladiatorio más (recuerdese la expresión gladiador en la jerga taurina). En opinión de un gran conocedor de los juegos gladiatorios (Robert, 1971) parece que los que luchaban con fieras en los anfiteatros y circos romanos, los llamados “venatores” que recuerda su origen en cuanto cazadores, no se pueden considerar gladiadores como tales; al parecer constituían una clase especial de combatientes con equipo y armamento diferentes, consistente en una túnica de cuero o tela con mangas y cinturón a bandas y calzado alto o bandas de cuero sobre las piernas, a veces con bonete cónico, con un escudo redondo o rectangular, un puñal corto o una espada y una jabalina. Sus accesorios varían en ocasiones en función del tipo de animal con el que debía enfrentare. Es muy corriente encontrar escenas de luchas contra toros en las que los “venatores” utilizan fundamentalmente una jabalina con la que se enfrentan, al parecer, sin otros instrumentos, para dar muerte al animal.
Sin embargo existen representaciones en las que el “venator” utiliza lo que los arqueólogos e historiadores del arte han denominado “mappa”, es decir un pañuelo o servilleta, como el ya citado anteriormente, ayudado de una espada, aunque no estamos muy de acuerdo con esta denominación del paño que sostiene en sus manos y sobre lo que volveremos ,sin duda las más interesantes a nuestro parecer para identificar lo que hoy conocemos como toreo a pie. Incluso sabemos que durante la lidia unos subalternos, llamados “succursores”, lanzaban unos arponcillos para enfurecer a los toros. Parece que fue el enfrentamiento con éstos el que generó una determinada forma de actuación de estos gladiadores que se separó por completo de las actuaciones con otros animales , quizá por la misma idiosincrasia de este animal, prontamente conocida, como es su tendencia a arremeter de forma fiera y su fijación en la “mappa” o trapo. Si nos detenemos en la fig-1 creemos que estamos en presencia de una verdadera estampa taurina, un lidiador, con un toro abatido por la lanza o espada en el hoyo de las agujas, sostiene en sus manos un pequeño paño que debía servirle para engañar las acometidas del animal, es decir, debió ser algo análogo a lo que entendemos como muleta. Se trataba de una modalidad más del conjunto de los juegos romanos, pero parece claro que es ésta la que se puede señalar como claro precedente de nuestro toreo a pie.
Si decíamos que no creemos que se pueda denominar “mappa” lo que el “venator” tiene en sus manos porque existen al menos dos textos del derecho romano que han sido insuficientemente valorados. Son estos textos los que nos confirman la existencia de este toreo a pie en la época romana que nos representan los mosaicos y que nos dicen exactamente que lo que utilizaban para torear se denominaba “pannum”, es decir, paño, que era siempre “rubrum”, rojo, dado que ya se sabía que este color excitaba a los toros.
Pero vayamos a los textos. El primero de ellos es recogido en el “Digesto” y pertenece a Ulpiano, un jurista de la época de Trajano (98-117 d.C.9) …contra el que, agitando un paño rojo, separa el ganado para que éste cayera en manos de los ladrones; si lo hizo con dolo malo, hay acción de hurto contra él; pero aunque lo hiciera sin finalidad de hurto, no debe quedar impune un juego tan pernicioso…
El segundo texto, que en parte recoge el arriba reproducido, corresponde a Gayo, jurista de mediados del s. II d. C.: …Así está escrito en los autores antiguos respecto al que separa (hace huir) al ganado con un paño rojo; pero si se trata de una diversión y no de una ayuda para cometer un robo…
Así pues , se tratan de normas del Derecho Romano referidas al robo de ganados, concretamente de ganado mayor. Pero para nuestra sorpresa, se desliza en esta normativa un elemento fundamental en relación con nuestro fin y que encontramos concretamente es la segunda parte de ambos. Nos referimos a la posibilidad de utilizar un paño rojo no ya para robar toros y vacas sino sólo por el placer, por la diversión, en definitiva, por torear. El hecho de que se trate esta cuestión por parte de los juristas como un acto cercano al delito, parece indicar que la práctica de torear, en este caso en el campo, debió de estar bastante extendida. De otra forma no entendemos que coloquen esta cuestión en la casuística legal. Al mismo tiempo, el hecho de torear en el campo quizá podamos ponerlo en relación con los juegos de anfiteatro que hemos citado. Se trataría, en estos casos, de practicar el oficio con el fin de adquirir la práctica suficiente como para poder enfrentarse en la arena con un toro con el menor riesgo para la integridad física de dichos “venatores”
Estos textos, junto con las representaciones que hemos citado, creemos que son lo suficientemente elocuentes como para pensar en la existencia del toreo a pie en época romana.

Fuente: *Trabajo publicado por Pedro Sáez Fernández, profesor titular de Historia Antigua en la Universidad de Sevilla, en el nº 8 de la Revista de Estudios Taurinos. Sevilla 1998

El peto de los caballos ¿Qué pasaría sin ellos?


Antes en las corridas de toros cuando el picador salía, el caballo no llevaba ningún peto como en la actualidad para proteger a este de la cornada de un toro.
Aquí tenéis un vídeo de los años 20 donde se observa perfectamente





Visitas guiadas en Las Ventas


VISITA A LA PLAZA DE LAS VENTAS



La Monumental Plaza de Las Ventas se llena temporada tras temporada para aplaudir el valor de los toreros. Para conocerla, nada mejor que realizar LasVentasTour, una visita guiada oficial por todo el edificio que ofrece una nueva perspectiva del lugar y permite conocer sus rincones y aprender sobre la historia y leyenda del arte taurino. El aficionado disfrutará durante el recorrido del privilegio de pisar el albero o de salir por la Puerta Grande.

La Plaza de Toros de las Ventas es uno de los monumentos artísticos más importantes de Madrid con más de ochenta años de historia. Se trata de la mayor plaza de España con capacidad para albergar a más de 23.000 espectadores y uno de los edificios de visita obligada para los turistas.

Las Ventas Tour es el nuevo recorrido ideado por Toroshopping (compañía contratada por Taurodelta que gestiona las visitas guiadas a la Plaza de Toros y que cuenta con la mayor firma online de comercialización de todo tipo de artículos del toreo.) que pretende descubrir a los aficionados y no aficionados a los toros la historia del edificio construido en 1929 por José Espeliú.

El visitante podrá experimentar durante la visita cómo se siente el torero, el toro y el público gracias al recorrido por el patio de cuadrillas, el patio de arrastre, la Puerta Grande, el ruedo y los tendidos. Una experiencia inolvidable en la plaza de toros más importante del mundo que ha visto pasar por su ruedo a los más grandes toreros de la historia y en sus gradas a personajes como Ernest Hemingway, Ava Gardner, Pablo Picasso, Jean Cocteau, Greta Garbo, Orson Welles o Sofia Loren.
Una visita pensada para el turista

El nuevo tour está diseñado por y para el turista, para ello se han aumentado considerablemente los horarios de visita a la plaza así como la duración del tour a 45 minutos.

La visita está disponible en castellano, inglés, francése italiano. Además, cuenta con un sistema de audioguías en esos mismos idiomas que permite al visitante acceder a la plaza sin necesidad de esperar (próximamente estará disponible en chino, japonés, portugués y ruso). Dicha audioguía además de otras utilities estará también incluida en la App de las Ventastour que se está implementando en la actualidad.

Como novedad la nueva visita guiada contará con una producción audiovisual que permitirá al visitante experimentar lo que es una corrida toros a través de imágenes y sonido ambiente real.
Un auténtico monumento

A principios del siglo XX fue tal el auge que alcanzó el toreo que la plaza de toros existente en Madrid, construida en 1874, se quedó pequeña. Por petición de José Gómez "Joselito" y con el apoyo de la Diputación Provincial se inició la construcción de una más grande en 1929, aunque no fue inaugurada oficialmente hasta 1931.

José Espeliú, uno de los arquitectos más activos de la época, fue el encargado del proyecto realizando uno de los edificios neomudejares más representativos que existen en el nuestro país. La plaza de toros de Las Ventas se caracteriza por usar el ladrillo descubierto y los arcos de herradura. La decoración se realizó con azulejo cerámico en el que se representan los escudos de todas las provincias españolas junto a otros motivos ornamentales.

Entre las curiosidades que alberga este edificio, y que se detallan en cada visita, está la interrupción que sufrió la plaza durante la Guerra Civil para convertirse durante 34 meses en una inmensa huerta.
La tienda Toroshopping Las Ventas



Toroshopping cuenta en la misma plaza de Toros con una tienda de más de 32 metros cuadrados donde el visitante podrá encontrar una gran variedad de artículos vinculados con el toreo como: una amplia selección de trajes de luces, capotes, carteles de toros, accesorios de sastrerías de toreros, artículos de arte taurino y un sin fin de complementos como pulseras, bolsos, prendas de vestir, bisutería y relojería.

lunes, 27 de mayo de 2013

¿Como formarse para llegar a ser torero?






"Llegar a ser una figura del toreo es casi un milagro.

Al que lo logra podrá el toro quitarle la vida, pero la gloria jamás "

(Escuela taurina de Madrid "Marcial Lalanda")

Así es como se forman las futuras promesas del toreo, un arte que se transmite mediante estas escuelas:



 












lunes, 20 de mayo de 2013

Los tres toreros que más destacan en la actualidad

José Tomas:

José Tomás Román Martín, matador de toros español, gran figura, enorme, de la tauromaquia y conocido como José Tomás en los carteles, nació en la localidad madrileña de Galapagar el 20 de agosto de 1975. Su llegada a las grandes ferias a mediados de los años 1990 revolucionó el mundo de los toros. Sus actuaciones en Madrid, donde se proclamó triunfador de la Feria de San Isidro tres años consecutivos (1997, 1998 y 1999), marcaron un antes y un después en la historia del toreo.1 Retirado en el año 2002, su regreso en 2007 ha vuelto a despertar una gran expectación en cada una de sus apariciones. 


Novillero


Sobrino-nieto del ganadero Victorino Martín, su afición por la tauromaquia se la inculcó su abuelo Celestino Román, con quien asistía desde niño a las corridas de toros en el coso madrileño de Las Ventas.

Comenzó a torear muy joven en España: actuó por primera vez en público el 25 de julio de 1989 en Colmenarejo, mientras que la primera vez que se vistió de luces fue en una novillada en Valdemorillo (7 de febrero de 1991). No obstante, tuvo que marchar a México para buscar su oportunidad y poder torear con regularidad como novillero sin tener que pagar por hacerlo. En principio iba para participar en tres novilladas y, como triunfó, se quedó casi toda la temporada, toreando en 28 festejos en total, lo que le permitió formarse como torero e iniciar una carrera meteórica y exitosa que le llevó a torear ese año en 50 novilladas, incluyendo una salida a hombros por la puerta grande en Madrid (24 de septiembre de 1995).

Matador de toros



Alternativa y temporada 1996


En México recibió la alternativa el 10 de diciembre de 1995 en la Plaza México de manos de Jorge Gutiérrez y con Manuel Mejía como testigo. Dio una vuelta al ruedo en su primer toro y fue cogido por el segundo, aunque las heridas recibidas no fueron de gran importancia. Aún en tierras mexicanas, el 18 de enero de 1996 sufrió una grave cornada en la plaza de Autlán (Jalisco) que le provocó una gran hemorragia, por lo que tuvo que recibir varias transfusiones.

Confirmó su alternativa en Madrid el 14 de mayo de 1996, de manos de José Ortega Cano y en presencia de Jesulín de Ubrique. Fue ovacionado por la faena que le hizo al toro que le cedió Ortega Cano y le cortó la oreja al que cerró la tarde.

Terminó la temporada con un total de treinta y cinco corridas en su haber.

Temporada 1997


Durante el año 1997 José Tomás se consagró como una de las grandes figuras del toreo. En Las Ventas de Madrid le cortó las dos orejas a un toro de Alcurrucén y se convirtió en el triunfador de la Feria de San Isidro.
Se anunció su presencia en las principales plazas de España y Francia. Alcanzó las setenta y nueve corridas.

Temporada 1998


Tras el éxito del año anterior, centró su campaña en Madrid. Cortó una oreja en la corrida goyesca del 2 de mayo. Tras otras actuaciones poco reseñables, durante la corrida de la Prensa volvió a triunfar al cortarle las dos orejas a un toro de El Torreón.

Posteriormente tuvo éxitos en plazas como Granada, Pamplona, Algeciras y Almería. La temporada finalizó, tras haber hecho setenta y dos paseíllos, con un percance en Estella (Navarra).


Temporada 1999


En 1999 debutó en la Real Maestranza de Sevilla, cortando una oreja durante su ciclo en la Feria de Abril.
Las tres tardes que toreó en Madrid durante la Feria de San Isidro fueron uno de los momentos fundamentales en su carrera. En la primera de ellas, el 18 de mayo, salió por la puerta grande tras cortar una oreja a cada uno de sus toros. Su faena del 26 de mayo es recogida en El Cossío del siguiente modo:

Se escribe una página gloriosa en la historia del toreo y en la de la plaza de Madrid. Es una tarde antológica. Todo queda grabado en la mente de los allí presentes y no se cortan cuatro orejas por el fallo con la espada. Nadie puede entender cómo un hombre es capaz de semejante belleza
Cossío. Los Toros3

En su tercera comparecencia en Las Ventas fue corneado sin grandes consecuencias y no logró triunfar. Volvió a torear en Madrid el 17 de junio en la Corrida de la Beneficencia cortando tres orejas.
A lo largo de la temporada lidió en tres ocasiones en la Plaza de toros Monumental de Barcelona en las que cortó un total de diez orejas.
La temporada estuvo plagada de otros triunfos, como los que obtuvo en San Sebastián, El Puerto de Santa María (Cádiz), Alicante, León, Santander, Algeciras, Gijón, Huelva, Almería, Dax (Francia), Bayona (Francia), Ronda (Málaga), Salamanca... Sumó sesenta y cinco festejos.


Temporada 2000


En el año 2000 José Tomás decidió no torear en aquellas plazas en las que se televisaban los festejos, con lo que no actuó ni en Madrid ni en Sevilla.
Aparte de la cornada recibida a principios de la temporada en Zaragoza y la sufrida a finales en Linares (Jaén), se sucedieron triunfos como los obtenidos en la Monumental de Barcelona y polémicas como el toro que se dejó vivo en la feria de Salamanca.
El fenómeno conocido como tomismo o tomatosis continuó creciendo y los aficionados siguieron llenando las plazas en las tardes en las que toreaba, que en esta temporada fueron un total de cincuenta y cinco. Diversos expertos ya hablaban de él como un torero de época.


Temporada 2001


En 2001 regresó a Sevilla y a Madrid, toreando tres tardes en la primera, una de ellas con la presencia de cámaras, y dos en la segunda, una de ellas también televisada. Sin embargo, no apareció en los carteles de las otras ferias que se televisaban: Fallas, Pamplona y Bilbao.
Tras cortar tres orejas, salió por la puerta del Príncipe de Sevilla en dos ocasiones: el domingo de Resurrección y el 28 de abril. En su tercera aparición en la Maestranza resultó herido.
Muy diferente fue su paso por Las Ventas. En su primera tarde no triunfó, y en la segunda, el 1 de junio, se dejó un toro vivo, recibiendo una sonora bronca.
Tras esa tarde, logró triunfar en otras ferias como la de León. El 25 de julio en Santander se lesionó gravemente el brazo derecho, lo que le mantuvo alejado de los ruedos hasta el 29 de agosto, día en que reapareció en Linares. Antes de finalizar la temporada por tierras españolas con treinta y seis corridas, consiguió triunfar en Ronda (Málaga), Valladolid y Barcelona.
Al igual que en otras campañas, toreó en importantes plazas americanas. 




Temporada 2002 y retirada


Toreó en el inicio de la temporada en las ferias de Fallas, Castellón de la Plana y Sevilla, sin lograr salir por la puerta grande ni ningún éxito relevante.

Su paso por la Feria de San Isidro le reconcilió con la afición madrileña; salió por la puerta grande en la primera de sus apariciones y tuvo una buena actuación en la segunda. Otros triunfos los lograría en las plazas de El Puerto de Santa María, Linares, Almería, Palencia, Salamanca y Valladolid.

Para entonces, la mayoría de aficionados y una parte importante de la crítica lo consideraban como una figura de leyenda, llegando a compararlo con diestros como Manolete y Juan Belmonte.

Sin embargo, la temporada del año 2002 fue irregular para José Tomás. Con media entrada de público, escuchó pitos en su segunda actuación en la Monumental de Barcelona, una de las plazas donde más triunfos había logrado. Notó la presión del público en más ocasiones.

Se anunció su inesperada retirada dos días después de torear en el coso murciano de La Condomina el 16 de septiembre.




Reaparición


Tras numerosas especulaciones y peticiones de regreso, el 1 de marzo de 2007, cinco años después, anunció su reaparición en la Plaza de toros Monumental de Barcelona,5 hecho que levantó una inusitada expectación.6
En su regreso el día 17 de junio de 2007, con el coso barcelonés lleno por primera vez desde 1985, el diestro madrileño sembró una faena memorable, en opinión de los críticos y aficionados, cortando tres orejas y saliendo a hombros por la puerta grande. Al respecto, la crónica de El Mundo señaló que «José Tomás estuvo a la altura, a su altura. Trae a los ruedos la emoción intrínseca a su toreo» y la crónica de El País describía así uno de los rasgos fundamentales de su toreo:

Se estuvo quieto, pero sobre todo estuvo silencioso. Y ésa es clave fundamental en su toreo: un silencio poético y misterioso, un tanto hermético, más fácil de percibir que de entender, el silencio granítico y frío de Galapagar trasladado al silencio insondable del mar Mediterráneo. Un silencio que estremece, porque no rehúye el silencio que merodea la muerte. Pero lo torea.
El País, 18-06-2007.7

Por esta reaparición recibió el Premio Paquiro, que se otorga para distinguir el acontecimiento taurino del año.8 A lo largo de la temporada, toreó quince tardes más en Europa, cuatro de ellas en plazas de primera categoría y las restantes en plazas de segunda. Hubo lleno en casi todas sus apariciones y cortó 32 orejas en total.

El 4 de noviembre logró salir a hombros por primera vez como matador en la Plaza México.
El 5 de junio de 2008, tras seis años sin torear en la Monumental de las Ventas, tuvo lugar en Madrid una tarde que quedará para la historia, en la que José Tomás, después de treinta y seis años sin que un torero cortase cuatro orejas en esa plaza ante dos astados, consiguió tales trofeos con toros de Victoriano del Río.11 Los medios informativos fueron unánimes al destacar la importancia de su faena.12 Un ejemplo está en la crónica de ABC, que contaba así su regreso:

José Tomás es el toreo. José Tomás es el toreo puro y absoluto. José Tomás convirtió su reencuentro con Madrid en una antología, en una página de oro de la Historia. Vomitar ahora toda una marea de sentimientos y pasiones con la exactitud del escribano se torna en un ejercicio vano. Nada puede igualar la experiencia de 24.000 almas unidas en un solo grito de aclamación: «¡Torero, torero, torero!». La Monumental rugió como un volcán; la Monumental se desbordó por la Puerta Grande como la lava ardiendo. Las Ventas se rindió al toreo grande, a la tarde más redonda y pletórica de los últimos veinticinco años.
ABC, 05-06-2008.13

Diez días después hizo de nuevo el paseíllo en Madrid, cortando tres orejas pero sin poder salir por la puerta grande por tener que ser atendido en la enfermería de las tres cornadas que recibió.
Fuente: www.josetomas.com.es



El Juli:




Madrid, 3 de Octubre de 1982
Julián López Escobar nace en Madrid, en la Clínica San José de la calle Cartagena, el 3 de Octubre de 1982.

Pasa su infancia en el madrileño barrio de San Blas, donde vive, y en el Barrio de La Concepción, donde realiza sus estudios y también donde se situaba el negocio de sus padres. A los diez años se traslada junto a su familia a la localidad de Velilla de San Antonio, y posteriormente, a raiz de sus primeros triunfos en el toreo, adquiere una pequeña finca en Arganda del Rey. Actualmente reparte la estancia entre su casa de Madrid con su descanso en la finca extremeña “El Freixo”, donde disfruta del campo, los caballos y su nueva ganadería.

Julián es el menor de sus dos hermanos, Manuela e Ignacio. Tiene antecedentes taurinos, pues su padre, de mismo nombre y apodo, fue novillero y posteriormente banderillero. La familia de su madre, Manuela Escobar, también ha estado cerca del toreo, como modestos empresarios, sobre todo de plazas de la provincia de Toledo.

En la fiesta campera que sirve para celebrar su Primera Comunión, el niño Julián da su primer capotazo a una becerra. La experencia es tan intensa que pide a sus padres que le ingresen en la Escuela de Tauromaquia de Madrid. 

Poco tiempo después, cuando apenas cuenta con diez años, estoquea su primer becerro en Villamuelas, el pueblo natal de su madre.

Tras varios años como becerrista, en los que impacta por una innata precocidad, decide debutar con picadores. Por motivos de su corta edad no lo puede hacer en España, por lo que decide viajar a México, donde se convertirá en un auténtio ídolo. 

El debut con los del castoreño data el 16 de marzo de 1997 en Texcoco, cortando dos orejas. A partir de ahí llegará una temporada maravillosa y desbordante de triunfos, denominador común en la carrera que posteriormente iría completando el joven diestro.


México y Feligrés
En México, como novillero, actúa en 77 novilladas, cortando 133 orejas y 11 rabos.

Llena todas las plazas que pisa, torea tres novilladas en un solo día e indulta cinco novillos, siendo inolvidable e histórico -es el primer torero español en indultar un novillo- el logrado a ”Feligrés”, de La Venta del Refugio, el 3 de Agosto del 97 en la Monumental de México. Precisamente en este coso, el más grande del mundo, es donde conseguirá sus mayores triunfos. Allí actúa en siete novilladas saliendo cuatro veces en hombros. Una placa recuerda las faenas a novillos como ”Camborio”, "Flor Canela","Tostoncito" y el citado "Felígrés".

Después de una fugaz aparición en España (donde vino a debutar en Villamuelas el 27 de abril de aquel año), regresó definitivamente de México en 1998 para presentarse en todas las plazas europeas.

Con apenas 15 años tiene todo el toreo metido en la cabeza. Es completo en todos los sentidos. Aprende y ejecuta más de treinta quites y suertes diferentes, y une el mejor toreo con el valor más sereno. Además, banderillea con clasicismo y torería


Histórico
Con estas armas, triunfa en todas las ferias, convirtiéndose en el novillero con más expectación de las últimas décadas.

El 24 de Mayo corta las dos orejas de un novillo de Juan Pedro Domecq en su segunda actuación en la Maestranza de Sevilla.

También saldría en hombros de plazas como Zaragoza, Córdoba, Castellón, Nimes, Dax, León, Toledo, Cáceres, Segovia, Badajoz, Santander, Mérida, Salamanca... Acaba la temporada como líder del escalafón, con 57 novilladas, cortando 141 orejas y 8 rabos.

El 13 de septiembre se presenta en Madrid, ante seis novillos, uno de ellos de Victorino Martín, y cuelga el cartel de “no hay billetes”. Abre la puerta grande tras cortar las dos orejas del novillo “Afanes”, de Alcurrucén, lidiado en quinto lugar.

Su despedida de novillero acontece en Albacete, cortando cuatro orejas.

El 18 de septiembre de 1998 se convierte una fecha sin parangón en el toreo.

Aquel día El Juli se convierte en el matador más joven de la historia, tomando la alternativa de manos de José María Manzanares y con Ortega Cano de testigo, ante toros de Daniel Ruiz. Corta dos orejas y el festejo, al ser televisado, levanta una trascendencia inusitada.

A partir de ese día, Julián llena cualquier plaza en la que actúa y, desde un principio, se convierte en figura cimera del toreo. Su primera corrida en España tiene lugar en Nava de la Asunción.

Confirma alternativa en la Plaza México el 6 de diciembre con Armillita como padrino y Mario del Olmo de testigo, realizando una histórica faena al toro "Platero" de Santiago. También confirma en Bogotá, con toros de Juan Pedro Domecq, actuando de padrino César Rincón y como testigo El Cordobés. En ambas confirmaciones abandona el coso a hombros. El 5 de febrero de 1999 corta cuatro orejas en la Plaza México.


Fenómeno
El 23 de abril de 1999 corta tres orejas en Sevilla a la vez que resulta herido por su segundo toro, de Jandilla. El 30 mayo corta cuatro orejas y un rabo en Aranjuez. Un máximo trofeo que también consigue esta temporada en plazas como Granada, Teruel, Huesca o Tarragona.

La temporada de 1999 en España la finaliza primero del escalafón con resultados espectaculares: 134 corridas, 284 orejas y 16 rabos. Todo ello a pesar de los percances que sufríó a lo largo del año.

En Aguascalientes concede su primera alternativa con apenas 17 años y en Tijuana indulta su primer toro, "Milenio" de Celia Barbabosa.


Consagración
La de 2000 la finaliza nuevamente liderando el escalafón, con 105 corridas, 200 orejas y 13 rabos.

El 30 de marzo de 2000 sale en hombros de la plaza de Castellón tras cortarle las dos orejas de un toro de Victorino Martín.

El 23 de mayo confirma alternativa en Las Ventas con Ponce y Rivera en el cartel, lidiando toros de Samuel Flores. Días después cortaría su primera oreja en la corrida de Beneficencia.

Después de indultar al toro “Verdeluna” de Torrealta en Marbella, logra un hito histórico en Zaragoza. El12 de octubre de 2000 corta las dos orejas y el rabo en Zaragoza del toro “Ropalimpia” de FuenteYmbro. 

Exactamente un año después, en la misma plaza, El Juli corta tres orejas.

En la temporada americana indulta en Cali al toro “Buboso” de El Paraíso, corta las dos orejas y el rabo en la plaza mexicana de Guadalajara y también el rabo en el festival del Teletón celebrado en la Plaza México.


Un año inolvidable
El 2001 se convierte en un año inolvidable, por la intensidad de los triunfos cosechados y por las tres graves cornadas que El Juli sufrió a lo largo de la temporada, imprevistos que impiden que nuevamente acabe liderando el escalafón, concluyendo el año con 88 corridas, 163 orejas y 5 rabos.

Sale en hombros de plazas como San Sebastián y Logroño; por dos veces en Pamplona; corta cuatro orejas y un rabo en Nimes; mismo resultado que Arles donde además indulta a “Invencible” de Zalduendo; corta tres orejas en la feria de Abril de Sevilla y resulta triunfador de la feria de San Isidro de Madrid, donde el 5 de junio es espectacularmente corneado por el toro “Anglo” de Guardiola.

En la feria de Julio de Valencia realiza una colosal faena a un toro de Daniel Ruiz.

Y en la Semana Grande de Bilbao, El Juli hará historia. El 22 de agosto, reapareciendo de una cornada sufrida en Málaga apenas una semana antes, corta dos orejas en Bilbao ante toros de Victorino Martín. Y al día siguiente, también en Bilbao, corta las dos orejas del toro “Melonero” de Torrealta, recibiendo una cornada en el labio superior. Este percance se suma a las seis que anteriormente sufrió El Juli. Empezando por su bautismo de sangre en Querétaro, seguiría Carbonero, y ya como matador de toros en Sevilla, Calahorra, Madrid y Málaga.

Concluye la temporada 2001 cortando tres orejas y un rabo en Jaén.


Rabo en la México
En la temporada americana sale tres veces en hombros de la Monumental de México en sus tres actuaciones. Y allí, en la plaza más grande del mundo, corta las dos orejas y el rabo del toro “Rey de Oro" de Reyes Huerta el 5 de febrero de 2002.


Los sueños al Desván
La temporada 2002 es redonda y completa para El Juli, sumando más hitos históricos a su carrera. En Pamplona sale en hombros por cuarta ocasión consecutiva. También sale en hombros en San Sebastián yLogroño, donde realiza una faena inolvidable a un toro de San Martín. Indulta en Linares al toro “Ordenado” de Sánchez Arjona. Y por tercer año consecutivo corta un rabo en Arles.

En Bilbao hace una gesta histórica, anunciándose tres tardes consecutivas, una de ella ante toros de Victorino Martín. Corta un total de cuatro orejas, y el 23 de agosto de 2002 sale en hombros de la plaza de Bilbao tras cortar tres orejas.

El 4 de octubre, en el Palacio Vislegre de Madrid, cuaja una inolvidable e histórica faena al toro "Desván" cortando las dos orejas y el rabo.

Lidera el escalafón con 112 corridas, 166 orejas y 6 rabos y logra la Oreja de Oro de Radio Nacional de España por cuarto año consecutivo (quinto año si sumamos la Oreja de Plata al mejor novillero de 1998), trofeo que declara al triunfador de la temporada taurina.


La Corrida de la Prensa
La campaña americana de 2003 consta de 15 corridas, cortando 21 orejas y llenando en cada una de las 15 corridas.

Triunfa apoteosicamente en Quito, donde se alza nuevamente con el trofeo Jesús del Gran Poder y en Bogotá saliendo en hombros por séptima ocasión consecutiva.

El 27 de mayo de 2003 lidia en Las Ventas seis toros en soltirario en la corrida de la prensa, donando sus honorarios a seis ONG diferentes. Completa una tarde para el recuerdo y cuaja una sensacional faena por naturales al quinto toro, de Fuente Ymbro.

En julio borda el toreo en Mont de Marsan, con toros de San Martín.

En esta temporada vuelve a encerrarse en solitario tres veces más: en Santander, Linares y Zaragoza. Sumando un total de nueve encerronas a lo largo de su carrera.

En la feria del Pilar de Zaragoza estoquea seis toros de impresionante presencia, y el triunfo de El Juli es igual de abrumador, cortando cuatro orejas.

La estadística del 2003 es la siguiente: 86 corridas, 113 orejas y un rabo.


Una obra de arte
En 2004 deja de banderillear para ahondar más en su toreo, y su decisión resulta muy acertada, pues logra una temporada torerísima. En Barcelona sale nuevamente en hombros, y ya suma 11 en esta plaza. Termina el año en Zaragoza y pone el broche de oro a su gran año abriendo la puerta grande.



En la campaña americana indulta dos toros. Uno en la plaza venezolana de Mérida, al toro “Peregrino” de Rancho Grande”. Y otro en la Monumental de México el 5 de febrero de 2005, en otra faena para su historia personal y también para la misma Plaza México que ya le ha visto salir en hombros hasta en 12 ocasiones. El Juli indulta a “Trojano” de Montecristo tras una auténtica obra de arte.

En la temporada española se suceden grandes faenas, confirmando el excelente momento de madurez por el que atraviesa el maestro madrileño. Sufre una cornada de próstico grave en Valladolid, pero apenas seis días después reaparece en Murcia. Por séptimo año consecutivo se mantiene en lo más alto de la torería, consolidando su liderazgo en la Fiesta.


El Juli con Novelero: cumbre...
Una supremacía que sostiene durante el 2006, en una temporada que comienza de manera arrolladora. El Juli esta en un momento cumbre de su carrera, donde a su inmensa capacidad y característica tauromaquia se une el sabor y la solera que dan los años. Tras su apoteósico paso por las ferias levantinas –en Valencia consigue su séptima puerta grande tras cortar tres orejas el 18 de marzo-, Julián se presenta, un año más, en la feria de San Isidro. Su encuentro con ”Novelero”, un sobrero de Ana María Bohórquez, será inolvidable por la magnitud de la faena. Roza la perfección y la faena vendrá a resumir su actual forma de comprender el toreo: maduro, asentado, profundo...

La temporada continuará en esa senda marcada por la faena en Las Ventas, y los triunfos se suceden, especialmente en el tramo final. Además, El Juli sigue marcándose retos personales, como las gestas de matar la corrida de Victorino Martín en Madrid, o la de Miura en Valencia.


...y El Juli con Cantapájaros: histórico
Un año más la temporada americana resulta brillantísima, especialmente en la plaza Santamaría de Bogotá y en la Monumental de México. En ambas consigue su novena puerta grande como matador de toros.

En el comienzo de la temporada Julián firma dos faenas inolvidables: En Arles, logrando su octava salida en hombros en esta plaza francesa ante un toro de El Pilar; y en Barcelona, con un astado de El Ventorrillo, en su puerta grande número doce.


El 23 de mayo de 2007 realiza en Las Ventas una de las mejores faenas de su trayectoria al toro Cantapájaros, de Victoriano del Río y sale en hombros por la puerta grande.


Histórico aniversario
Un año más, El Juli recibe premios que le declaran como triunfador de la temporada. Y la del 2008 se presentaba especialmente atractiva. No sólo por cumplir su décimo aniversario como matador de toros, sino porque Julián se encuentra en el momento más dulce de su carrera, totalmente consolidado como maestro del toreo. Se suceden faenas redondas, cuajadísimas, toreando como cada toro necesita, sintiendo el toreo apasionadamente, disfrutando plenamente del toreo. Francia sigue siendo talismán, donde siempre encontró cobijo incluso en los momentos más delicados y sus triunfos son incontables. En Bilbao borda el toreo a la verónica, en Barcelona su toreo al natural es de antología y abre por decimocuarta vez la puerta grande, arrebata en Gijón, en Huelva, en Ávila, en Salamanca... Impone su valor en Sevilla, es el triunfador de San Sebastián, deslumbra su magisterio en Zaragoza, en Jerez, en El Puerto... Torea y corta más orejas que nadie en las plazas de primera y concluye la temporada en el mejor momento del año. Celebrando diez años en la cumbre donde comenzó, en Nimes, matando seis toros de Daniel Ruiz, y cuajando una tarde que queda entre las diez o quince mejores de su carrera más allá de las siete orejas y un rabo. Sublime aniversario.


Sevilla y el liderazgo en Francia
La temporada 2009 de El Juli comenzó al máximo nivel. Tras un nuevo triunfo en Las Fallas, El Juli cuaja una feria de abril sensacional. Si el 23 de abril de 1999 cortaba tres orejas, diez años después está a punto de repetir la gesta. La espada le cierra la Puerta del Príncipe, pero tras otra tarde de gran figura, Julián convierte su paso por Sevilla en imprescindible para valorar su gran temporada. Un año rebosante de grandes faenas, de gran huella. Debuta en Las Azores y hace historia, con cinco vueltas al ruedo y paseo en hombros antes de concluir el festejo. En la torera Barcelona logra su decimoquinta y decimosexta puerta grande. Corta tres orejas en San Fermín. Se enfrenta con gallardía a seis toros en Bilbao, aunque por la espada el marcador no refleje el resultado justo. Y en Francia es el lider absoluto un año más. Y es que en Francia, donde se le respeta y admira con devoción, El Juli acude a torear con especial encanto. Sus faenas y triunfos del 2009 en Mont de Marsan, Nimes, Bayona o Dax quedan para el recuerdo, especialmente en estas dos últimas plazas: En Bayona se encierra en solitario con seis toros y aparte de una tarde de gran maestro deja en la mente de los presentes la faena al último toro de la tarde, de la ganadería de Victoriano del Río. Y la faena en mayúsculas surge el 12 de septiembre en Dax, cuando hace auténticas maravillas a otro toro del ganadero madrileño.


2010: Superar lo que parecía insuperable
La temporada americana es muy intensa y aclamada, como la tarde de su regreso a La México. De vuelta a España, El Juli marcaría desde el comienzo un ritmo abrumador. Palacio Vistalegre, Olivenza, Arles y Valencia, donde cuaja una feria de Fallas apoteósica cortando seis orejas. En un momento cumbre de su carrera llega a la Maestranza de Sevilla, donde el 16 de abril sale por la Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas de un lote de El Ventorrillo. Cuatro días más tardes vuelve a realizar una faena cumbre a un toro de Torrealta, premiada con las dos orejas. Viaja a México para realizar una minigira apoteósica. Vuelve para torear en Madrid, donde se anuncia tres tardes. Y cada una de ellas realiza una faena notable, a toros de Garcigrande, la Quinta y El Ventorrillo. El 6 de junio corta cuatro orejas en Barcelona. Y otras cuatro en Alicante y Mont de Marsan. En Valencia abre la puerta grande por tercera vez en la temporada. Sale a hombros en Granada, Badajoz, Algeciras y Nimes, por partida triple. Es herido y corta dos orejas en Pamplona. Puertas grandes en Pontevedra, Bayona, Huelva, Huesca y Gijón. Tras pasear dos orejas en San Sebastián borda el toreo en Dax ante toros de La Quinta, especialmente en un inolvidable recibo a la verónica. Corta tres orejas. Y dos en Málaga a un toro de Jandilla. También abre las puertas grandes de Cuenca y Almería. Y en Bilbao corta una oreja. Arrasa en las ferias madrileñas de Alcalá y San Sebastián de los Reyes. Tres trofeos en Palencia. Apoteósico paso por Valladolid con seis orejas en dos tardes. Tarde para el recuerdo en Albacete. Cinco orejas en la goyesca de Arles. Dos orejas en Murcia y cuatro en total en la feria de Salamanca. Histórica faena a un toro de Victoriano del Río en Dax, donde corta un rabo. En Pozoblanco se queda sólo con la corrida por percance de José Luis Moreno y corta nada menos que ocho orejas y un rabo. Y tras una importante tarde en El Pilar de Zaragoza, cierra el 2010 cortando cuatro orejas en Jaén. La temporada más importante de su carrera, en la que superó cotas de años pasados que parecían imposible rebasar.


2010: Superar lo que parecía insuperable
El Juli llegó a América tras recoger todos los premios que le reconocían como el triunfador de la temporada. En Colombia arrasa: indulto en Cali, cuatro orejas en Manizales y puerta grande en Bogotá. Pero es en La México, el 30 de enero, donde cuaja una tarde histórica, con dos faenas inolvidables a toros de Xajay. El rabo que no puede lograr del toro “Mil Tardes” tras pinchar, lo logra del sobrero, de nombre “Guapetón”.
Comienza la tamporada con puertas grandes en Vistalegre y Castellón, y dos indultos en Don Benito y Arles. El domingo de Resurreccioón corta dos orejas en Sevilla de un toro de Daniel Ruiz. Y el 29 de abril abre por tercera vez la Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas de un lote de Garcigrande. Tres orejas también en su regreso a Córdoba. Cuaja una magnífica Feria de San Isidro, cortando una oreja y perdiendo otra tras malograr con la espada una gran faena a un toro de Victoriano del Río. Cinco orejas y dos puertas grandes en Pamplona. Y Francia... siempre Francia, donde vuelve a completar una temporada apoteósica. Arrolla igualmente en el circuito de plazas de segunda. Y dice adiós a Barcelona con dos puertas grandes más, dejando su balance en 19 salidas a hombros de La Monumental, una plaza con una afición extraordinaria privada de su libertad.
Fuente: www.eljuli.com


Morante de la Puebla:




A veces en el toreo, surge alguien con ese don especial que lo diferencia del resto, con esa gracia única que sólo es posible a la sombra de la Giralda y a la orilla del cauce más poético de España, el río Guadalquivir. José Antonio Morante Camacho nació en otoño, la mañana del 2 de octubre de 1979 en Sevilla . Su infancia transcurre feliz en La Puebla del Río, ese bendito pueblo marismeño, cuna de gloriosas ganaderías bravas. Su padre, que tuvo que emigrar un tiempo a Alemania, trabajaba en una reconocida empresa arrocera y, por entonces, empieza a disfrutar al ver cómo el pequeño José Antonio empieza a jugar al toro. Se podría afirmar sin ningún género de dudas que su vocación fue totalmente innata, es decir, que nació torero. De hecho, cuando el niño contaba con muy poca edad acudió al famoso jueves sevillano mercadillo del centro de Sevilla- y al ver el chiquillo un traje de luces diminuto, se encaprichó con él y lo único que quería era que su madre le comprara aquella preciosa prenda que, posteriormente, tantas tardes vestiría para llenar de honor y de orgullo la historia de la Tauromaquia moderna. De esta manera y ante la atenta mirada de su madre, Josefa, de su hermana mayor, María de las Nieves, y de toda la familia y vecinos, con una pequeña muleta y un carrito de embestir, José Antonio comienza a jugar al toro en las calles del pueblo junto con su primo y actual mozo de espadas, Juan Carlos Morante. Así, empieza a acudir a algunos herraderos y otras faenas de campo de las ganaderías de la zona, y empieza a despertar en él una afición aún más grande. En la finca de la ganadería de Pérez de la Concha, cuando contaba con tan sólo cinco años de edad da sus primeros muletazos a una vaca que le superaba en altura, y a los pocos años debuta por primera vez en público en una becerrada en su pueblo; allí causa una gratísima impresión, y ya desde los inicios se vislumbra en él sus artísticas maneras y unas extraordinarias condiciones para ser torero. Desde aquel inolvidable día, su apellido iría acompañado de la bendita tierra que le vio nacer y crecer, anunciándose en todos los carteles
del planeta de los toros como Morante de la Puebla. El 3 de septiembre de 1988, después de actuar con éxito en numerosas becerradas, debuta vestido de corto, en Villamanrique de la Condesa, en la parte seria del espectáculo cómico-taurino del Bombero torero, y su nombre empieza a sonar cada vez con más fuerza entre todos los aficionados, que ya lo consideran como una futura gran promesa del toreo. Debuta con traje de luces en Montellano, obteniendo un triunfo apoteósico y deja nuevamente constancia, a sus diez años de edad, de su personal concepto del toreo, con un conocimiento de la lidia y unas
maneras que le convierten en un niño prodigio y en toda una figura en ciernes de la Tauromaquia.



Tras los éxitos conseguidos en las sucesivas novilladas por plazas de Andalucía, actúa en el tradicional Salto a la fama , en Valverde del Camino, y tras una soberbia faena, el empresario Leonardo Muñoz se fija en él con el firme propósito de apoderarlo. De esta forma, emprenden juntos un nuevo camino y el jovencísimo diestro hace su debut con picadores el 16 de abril de 1994 en la localidad sevillana de Guillena, mientras que cada vez son más los partidarios que van siguiendo a este torero único e inigualable por todo lo ancho de la geografía taurina. La temporada del año 95, no puede terminar mejor: torea 42 novilladas picadas cortando un total de 115 orejas, y actuando en plazas de la categoría de Valencia, Málaga, Algeciras, Puerto de Santa María y Madrid, donde deja un gran ambiente. Tras su primera actuación en Las Ventas la crónica de la revista Aplausos titulaba: Un voto de esperanza por Morante. La temporada de 1996 supone su reafirmación como novillero en ferias de mayor trascendencia, destacando las faenas realizadas en Arnedo, donde consiguió el valiosísimo Zapato de oro ?máximo galardón de la novillería- y Huelva, donde se le bautiza como ?Arcángel del toreo?. El debut en la Real Maestranza, donde corta una oreja de mucho peso, supone su gran lanzamiento en plazas importantes donde dejaría para siempre su personalísimo sello. El 2 de octubre de aquel año, cumpliendo diecisiete años, la espada le priva de salir a hombros de Las Ventas pero, días más tarde, consigue abrir la ansiada Puerta Grande de Madrid el 20 de octubre de aquel año, alternando con Ortega Cano, Joselito, Jesulín de Ubrique y Rivera Ordóñez , en el Festival a beneficio de José Mª Plaza, lo que supuso el broche de oro a su última temporada en el escalafón de los novilleros. Por aquel tiempo, le apodera Miguel Flores, que curiosamente al preguntar al maestro Paco Camino si conocía a Morante de La Puebla, el Niño Sabio de Camas le contestó: "Ése es un torero sevillano pero en serio". Tras torear entre otros sitios, dos novilladas en Sevilla, concretamente el 27 de abril y el 4 de mayo, y otra en Bilbao ?donde fue volteado espectacularmente- toma la alternativa en la Plaza de toros de Burgos. Será el colombiano César Rincón el que actúe como maestro de ceremonias, cediéndole la lidia y muerte del toro Guerrero, de 495 kilos, colorado, número 107, del hierro y la divisa de Juan Pedro Domecq, teniendo como testigo al torero sevillano Fernando Cepeda. Aquel día corta dos orejas, saliendo a hombros en una fecha tan imborrable en la vida de un matador de toros como es el día del doctorado. Después de varios contratos, Antonio Ordóñez le llama para sustituir a su nieto Francisco Rivera en una de las corridas de mayor solera dentro del panorama taurino, la Goyesca de Ronda, cortando una meritoria oreja con la presencia de S.M. El Rey Don Juan Carlos en el Palco Real.


El siguiente año, 1998, termina toreando tres corridas de la Feria de Abril sevillana, consiguiendo cortar un total de cuatro orejas a lo largo del ciclo. ?Sevilla tiene un nuevo torero?, titulaba una de las crónicas, en una Feria en la que Morante de la Puebla logra obtener trofeo en cada una de sus tardes y lo relanza a las grandes plazas. Así, corta oreja en plazas tan importantes como Córdoba, Almería, Palencia, Pamplona, y se proclama máximo triunfador de El Puerto de Santa Mª al cortar cuatro orejas y un rabo la tarde del 22 de agosto. Pero en aquella espectacular campaña, y tras la clamorosa faena en el coso romano de Nimes -donde se le pide con insistencia el rabo- quizás tuviera su triunfo más sonado en la Feria del Pilar de Zaragoza, donde el público, enloquecido por el toreo realizado por Morante de la Puebla, le concede tres valiosos apéndices. Tras abrir la puerta grande de Jaén, culmina la temporada estoqueando seis toros en solitario en su localidad natal, obteniendo un total de ocho orejas y tres rabos. Después de una regularísima campaña española toreando 68 corridas y cortando 94 orejas, viaja a Ámerica, donde es contratado en la plaza colombiana de Cali . Morante de La Puebla sigue su ascensión hacia la cúspide más alta de la Tauromaquia, y en abril de 1999 ve cumplido su sueño de salir a hombros por la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza. En una corrida televisada en directo para toda España, el joven diestro corta tres orejas a un encierro de Guadalest, proclamándose triunfador indiscutible de la Feria abrileña. Por entonces, ya se empieza a hablar del ?morantismo?, y son muchos los aficionados que ven en José Antonio el nuevo valor de la escuela sevillana , continuador de Chicuelo, Pepe Luis Vázquez, Manolo González y sucesor de Curro
Romero, el Faraón de Camas. Precisamente, en las Colombinas de Huelva, comparte cartel con Curro Romero y José Tomás, y más tarde, logra cortar una importantísima oreja en la Corridas Generales de Bilbao. Continúa su imparable temporada con grandes actuaciones como las de Málaga, Dax y Palencia; el 10 de septiembre sufre una fuerte voltereta que le provoca una rotura de vértebra lumbar, lo que le obliga a cortar la temporada e iniciar un amplio periodo de recuperación. Comienza el año 2000 toreando una corrida de Victorino en la Plaza extremeña de Olivenza, y al día siguiente, en esa misma plaza, corta un rabo a un toro de Fuente Ymbro. El 29 de abril, en La Real Maestranza, sufre una grave cogida cuando tenía entreabierta la Puerta del Príncipe; tras desorejar a su primero, y comenzar la faena de muleta a su segundo toro, inicia la faena con el célebre pase del ?cartucho de pescao?; el toro se arranca y Morante, pinturero, despliega su muleta para torearlo al natural; le sigue otro pase, pero al tercero, el toro se le cuela, lo coge y, después de derramar sangre en su tierra, es conducido por las cuadrillas a la enfermería de la plaza. Tras un mes recuperándose, reaparece en Códoba ?donde corta una oreja- y sigue la temporada con notables actuaciones en Sanlúcar.




El siguiente año, 1998, termina toreando tres corridas de la Feria de Abril sevillana, consiguiendo cortar un total de cuatro orejas a lo largo del ciclo. ?Sevilla tiene un nuevo torero?, titulaba una de las crónicas, en una Feria en la que Morante de la Puebla logra obtener trofeo en cada una de sus tardes y lo relanza a las grandes plazas. Así, corta oreja en plazas tan importantes como Córdoba, Almería, Palencia, Pamplona, y se proclama máximo triunfador de El Puerto de Santa Mª al cortar cuatro orejas y un rabo la tarde del 22 de agosto. Pero en aquella espectacular campaña, y tras la clamorosa faena en el coso romano de Nimes -donde se le pide con insistencia el rabo- quizás tuviera su triunfo más sonado en la Feria del Pilar de Zaragoza, donde el público, enloquecido por el toreo realizado por Morante de la Puebla, le concede tres valiosos apéndices. Tras abrir la puerta grande de Jaén, culmina la temporada estoqueando seis toros en solitario en su localidad natal, obteniendo un total de ocho orejas y tres rabos. Después de una regularísima campaña española toreando 68 corridas y cortando 94 orejas, viaja a Ámerica, donde es contratado en la plaza colombiana de Cali . Morante de La Puebla sigue su ascensión hacia la cúspide más alta de la Tauromaquia, y en abril de 1999 ve cumplido su sueño de salir a hombros por la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza. En una corrida televisada en directo para toda España, el joven diestro corta tres orejas a un encierro de Guadalest, proclamándose triunfador indiscutible de la Feria abrileña. Por entonces, ya se empieza a hablar del ?morantismo?, y son muchos los aficionados que ven en José Antonio el nuevo valor de la escuela sevillana , continuador de Chicuelo, Pepe Luis Vázquez, Manolo González y sucesor de Curro Romero, el Faraón de Camas. Precisamente, en las Colombinas de Huelva, comparte cartel con Curro Romero y José Tomás, y más tarde, logra cortar una importantísima oreja en la Corridas Generales de Bilbao. Continúa su imparable temporada con grandes actuaciones como las de Málaga, Dax y Palencia; el 10 de septiembre sufre una fuerte voltereta que le provoca una rotura de vértebra lumbar, lo que le obliga a cortar la temporada e iniciar un amplio periodo de recuperación. Comienza el año 2000 toreando una corrida de Victorino en la Plaza extremeña de Olivenza, y al día siguiente, en esa misma plaza, corta un rabo a un toro de Fuente Ymbro. El 29 de abril, en La Real Maestranza, sufre una grave cogida cuando tenía entreabierta la Puerta del Príncipe; tras desorejar a su primero, y comenzar la faena de muleta a su segundo toro, inicia la faena con el célebre pase del ?cartucho de pescao?; el toro se arranca y Morante, pinturero, despliega su muleta para torearlo al natural; le sigue otro pase, pero al tercero, el toro se le cuela, lo coge y, después de derramar sangre en su tierra, es conducido por las cuadrillas a la enfermería de la plaza.


 

 anuncia nuevamente en la Goyesca de Ronda. A pesar de los percances de Sevilla y Albacete, torea un total de 71 corridas de toros, y emprende rumbo a las américas. Allí, confirma en la Plaza Monumental de México, alternando junto a Armillita Chico e Ignacio Garibay, donde corta una oreja. El hecho más reseñable del 2001 es su brillante actuación en San Isidro, donde no pudo abrir la puerta grande debido al fallo con los aceros, pero realizó dos faenas en las que el torero de La Puebla dio muestras de su gran dimensión como figura del toreo. Una oreja que pudieron ser tres, ya que quiso rubricar la faena a su último toro, un santacolomeño de Javier Pérez Tabernero, matando ?en tres intentos- en la difícil suerte de recibir y en la que vio como se le entregaba clamorosamente el exigente público de Madrid. Y es que el toreo deMorante de La Puebla tiene un aroma especial, un estilo propio y una personalidad inconfundible. De él dijo el maestro de Ronda, Antonio Ordóñez, que tenía unas muñecas privilegiadas. Estamos por tanto, ante un torero de una creación genial, con un sello propio que le hace ser único y distinto de los demás toreros del escalafón. El 15 de agosto de 2002 se encierra en solitario con seis toros en El Puerto de Santa Mª. Morante de la Puebla, vestido de verde y azabache con medias blancas, dio muestra de su variedad en los distintos quites que realizó. Incluso banderilleó y volvió a salir a hombros de la que es una de sus plazas predilectas. Desde esa temporada hasta la actualidad, y tras diversos apoderamientos, dirige su carrera taurina su amigo e inseparable hombre de confianza, José Luis Peralta. Termina la temporada con 64 festejos, saliendo a hombros en Jerez, Marbella, Antequera y Jaén, entre otras plazas. La temporada del 2003 comienza con su inclusión en el acontecimiento taurino más emblemático dentro del abono sevillano, la corrida del Domingo de Resurrección. Corta una oreja en Sevilla la tarde del 24 de abril, pero sus triunfos más reseñables serían en El Puerto, San Sebastián de los Reyes y Jerez. En El Puerto corta dos orejas y rabo y realiza una faena antológica, de esas que permanecerán para siempre en la memoria de los aficionados. La temporada hispana concluye estoqueando seis toros en jerez, obteniendo las orejas y el rabo del sexto toro. En la plaza colombiana de Manizales empieza su séptimo año como matador de toros y tras algunas discrepancias con la empresa de la Real Maestranza, decide anunciarse como único espada el Domingo de Resurrección en las Ventas de Madrid. Después de aquella tarde, en la que no pudo obtener triunfo alguno, decide poner fin a la temporada debido a algunos problemas psíquicos. De esta forma, viaja a Miami para llevar a cabo un tratamiento médico en el Cedars Center. Con ilusiones renovadas, reaparece cortando una oreja el 5 de marzo del presente año 2005 en Olivenza. En la inauguración de la Plaza de Espartinas realiza una de las mejores actuaciones de su vida, obteniendo cuatro orejas y un rabo. Los éxitos se suceden sale a hombros dos tardes consecutivas en la Feria del Corpus granadino. Deja escrita sobre la arena de Aranjuez una de las mayores obras de arte que se hayan realizado en esa plaza, y también, borda el toreo, en un derroche de inspiración y torería en la Feria de San Juan de Alicante. Pero la faena soñada tuvo lugar en Jerez de la Frontera. Al último toro, de nombre Comilón, lo lanceó sublimemente, con las yemas de los dedos y el compás abierto, rematando una decena de inacabables y mecidas verónicas en el centro del ruedo jerezano. El tiempo parecía haberse detenido en un prodigio de ritmo, compás y cadencia. Morante de la Puebla, de caña y azabache, brindó a Rafael de Paula, mientras todo el coso vibraba de emoción y resonaban ?con más intensidad que nunca- las palmas por bulerías. Resulta muy difícil describir con palabras lo que sucedió? Faena para sentirla y vivirla en la plaza, en una perfecta armonía de público, toro y torero, bajo el suave aleteo de las golondrinas en un eterno atardecer. Fue toda una sinfonía torera en la cuna del flamenco, en la que se le concedieron de manera unánime los máximos trofeos. Morante de La Puebla es un torero muy necesario para nuestra Fiesta Nacional. Su toreo tiene la sabiduría de Joselito El Gallo, el barroquismo de Belmonte, la pinturería de Pepe Luis Vázquez, el garbo y la gracia de Pepín Martín Vázquez, el empaque de Curro Romero y la pureza de Rafael de Paula. Todo ello reunido de manera singular, con un sello personal e inconfundible. Su medida del temple, su profundidad y estética, su valor sereno, su duende y su improvisación en la cara del toro, hacen de Morante de La Puebla un torero mágico y genial. Todo un artista de la Tauromaquia que a su jovencísima edad, se ha convertido en todo un referente y espejo para los nuevos valores de nuestra Fiesta más universal.
Fuente: www.morantedelapuebla.com